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La Casa de la Panificadora del Instituto Montessori Recupera su Esplendor

Después de una década de cesión, la propiedad vuelve a manos de la escuela gracias al apoyo de la comunidad.

La Casa de la Panificadora del Instituto Montessori Recupera su Esplendor

Después de una década de cesión, la propiedad vuelve a manos de la escuela gracias al apoyo de la comunidad.

En 2012, el Instituto María Montessori recibió la donación de una casa por parte del centro de camioneros, mientras que el Rotary Club aportó las máquinas necesarias para establecer una panificadora. Sin embargo, la escuela, entonces una asociación cooperadora, no pudo hacer uso inmediato del inmueble y lo cedió en comodato a la comisión de APAIEM, formada por un grupo de padres. Durante años, APAIEM gestionó la panificadora hasta que la pandemia obligó a detener las actividades y surgieron problemas estructurales en la propiedad.

Con la conversión del Instituto en una asociación civil, se abrieron nuevas posibilidades para gestionar diversos espacios, incluyendo la creación del Centro de Apoyo a la Integración. En este contexto, la escuela recuperó la casa, que requería urgentes reparaciones para ser nuevamente funcional. Fue entonces cuando apareció Rodolfo Rebori, un empresario de Bell Ville, quien se ofreció a colaborar desinteresadamente. Rebori coordinó la reparación de la cloaca, el contacto con Bromatología y un arquitecto, y supervisó la renovación completa del inmueble, desde reboques y cañerías hasta la pintura.

Nora Vergnano, representante del Instituto María Montessori, expresó su gratitud hacia Rebori, destacándolo como un ejemplo a seguir por otros empresarios de la ciudad. Por su parte, Clara Vanderhoeven, también del Instituto, mencionó que con la casa en condiciones, ya están planificando su uso. Las máquinas de panadería están siendo limpiadas y se están organizando talleres que involucrarán a alumnos actuales y ex-alumnos, impulsando así nuevos emprendimientos educativos y comunitarios en el espacio recuperado.

La puesta en valor de la casa de la panificadora marca un nuevo capítulo para el Instituto María Montessori, reafirmando su compromiso con la educación y la integración a través de proyectos que beneficien a su comunidad.

 

 

 

NORA VERGNANO Y CLARA VANDERHOEVEN

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