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Bailando en la Posta

Organizado por el Ballet Pampa y Senda, el evento celebra su octava edición con galas, peñas y delegaciones de todo el país.

Bailando en la Posta

Organizado por el Ballet Pampa y Senda, el evento celebra su octava edición con galas, peñas y delegaciones de todo el país.

Este 6, 7 y 8 de junio, la ciudad de Bell Ville será sede de “Bailando en la Posta”, el tradicional encuentro nacional de folclore para adultos organizado por el Ballet Pampa y Senda, bajo la coordinación de Josefina Garrone, Adriana Brunori y Abel Cerutti. El evento, que nació en 2015, cumple su octava edición tras haber sido interrumpido por la pandemia en dos oportunidades.

Durante tres días, la danza, la música y la tradición se tomarán la ciudad con una programación que incluye galas folclóricas en el Teatro Coliseo —viernes y sábado a partir de las 19 horas— y la esperada "Peña de la Amistad", que se realizará en el Tau Cervantes, con entrada gratuita para los bailarines locales que se presenten en escena.

La grilla musical contará con una fuerte presencia de bandas regionales y locales. El viernes abrirá La Huella, agrupación proveniente de Inriville, y cerrará Argento, con una propuesta orientada al baile popular. El sábado será el turno de Los Negros del Folclore, de La Borde, y Raza Guitarrera, que desde hace años forman parte del encuentro.

Además de las noches artísticas, el sábado por la mañana se desarrollará la tradicional actividad callejera conocida como “El Callejoneo”, donde las delegaciones bailarán en distintos puntos del centro de la ciudad, generando un contacto directo entre el folclore y los vecinos.

Este año, se espera la participación de más de 300 bailarines, con una fuerte representación local que supera los 150 artistas. A ellos se suman elencos provenientes de toda la región y delegaciones de provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.

“Bailando en la Posta” no solo es un espacio de expresión artística, sino también un motor cultural que moviliza la ciudad. La ocupación hotelera, la actividad en bares y la presencia constante de visitantes convierten al evento en un fenómeno social que fortalece la identidad local y la integración cultural.

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