Avances en la preservación del arbolado urbano
El municipio recuerda que los árboles en veredas y espacios públicos son patrimonio ambiental y sólo pueden ser intervenidos con autorización.
El secretario de Obras Públicas de Bell Ville, Ernesto Borrageros, reafirmó la importancia del arbolado urbano como patrimonio colectivo y componente vital del ambiente. Recordó que los árboles ubicados en veredas y espacios públicos no pertenecen a los frentistas, sino a la comunidad, por lo que cualquier intervención —incluyendo podas o extracciones— requiere autorización previa por parte de la Dirección de Bromatología y Saneamiento.
Borrageros advirtió sobre las consecuencias de podas mal ejecutadas, que pueden acortar drásticamente la vida útil de un árbol. También subrayó que no se trata sólo de una cuestión ornamental: los árboles cumplen funciones esenciales como la purificación del aire, la regulación térmica y la preservación de la biodiversidad urbana.
En ese sentido, el funcionario hizo hincapié en la necesidad de cuidar los ejemplares existentes, ya que un solo error puede echar a perder décadas de crecimiento. “Un árbol mal podado en una tarde puede tardar 30 años en recuperarse, si es que lo hace”, remarcó.
El protocolo vigente establece que cualquier solicitud de poda debe realizarse por WhatsApp o teléfono ante la autoridad municipal, que envía personal técnico para evaluar la necesidad. Solo en caso de confirmarse la urgencia de una poda correctiva, se autoriza la intervención por parte de podadores capacitados.
Además, se recordó que está vigente una ordenanza que exige la presencia de al menos un árbol por frente en toda la ciudad. En sectores como el microcentro, esta normativa se busca reforzar ante la pérdida progresiva de ejemplares a lo largo de los años.
En cuanto al tipo de especies, el municipio prioriza árboles autóctonos como el tala, el espinillo y el algarrobo, por su adaptabilidad, bajo requerimiento de mantenimiento y valor para la fauna local. Las especies exóticas —como palmeras— están prohibidas en veredas, aunque pueden colocarse en jardines privados bajo criterio responsable.
Respecto a la gestión de residuos vegetales, se mantiene el sistema de recolección diferenciada para restos menores (poda chica, corte de pasto) y para restos mayores, que deben ser informados para su recolección por el corralón municipal. En algunos casos se utiliza una chipeadora para transformar los restos en compost o leña que se ofrece a los vecinos.